Diseñar una custodia en la que se expondrá el Santísimo Sacramento, la Eucaristía, la presencia viva y real de Cristo muerto y resucitado entre nosotros. Ésta fue la propuesta que me hizo el Delegado de Pastoral Juvenil de Jaén en vista del gran acto de adoración eucarística que tendría lugar en la plaza de toros de Jaén la noche del 3 al 4 de junio, con ocasión de la visita a la ciudad de la Cruz de los Jóvenes y el Icono de la Virgen María, regalo del Beato Juan Pablo II a los jóvenes del mundo.
Una custodia que se realizaría con un material novedoso, fundamentalmente de acero. Una custodia que necesariamente tendría que tener unas proporciones acordes con el evento a realizar. Y que necesariamente tuviera la dignidad acorde con el “sagrado contenido” que iba a mostrar. La custodia por tanto no tendría valor por sí misma, pero cuando se me propuso su diseño entendí que también debía expresar unos elementos que realzaran el valor de la Eucaristía hoy y siempre. Y después de muchos bocetos, éste fue el resultado final que paso a explicar.
1. El centro de la custodia es la Eucaristía, por supuesto. La Eucaristía que hay que adorar, que hay que contemplar desde todos los puntos de vista posibles. Y por eso, después de barajar muchas ideas, decidimos hacer una “custodia triple”, donde la Eucaristía se contemplara y se pudiera ver desde todos los ángulos de un sitio circular y donde todas las miradas convergieran en ella, el centro del lugar. Todos los adoradores estarían rodeando la Eucaristía y por eso tendría que ser el centro de todas las miradas y verse completamente desde todos los lugares. Consultadas las instancias oportunas, no hubo objeción litúrgica alguna a esta idea.
2. Y con la sencillez del Pan de la Eucaristía, entendí que debía estar presente la sencillez de la madera. De madera es la Cruz del Señor, y de madera es la Cruz de los jóvenes; por eso, el interior de la custodia es de madera, un vástago de madera noble que la atraviesa horizontal y verticalmente, en forma de Cruz y que se adivina también alrededor del ostensorio central. Sobre los brazos de esta Cruz están los dos ostensorios laterales donde se colocan los viriles; intenté así mostrar que la Eucaristía se convierte en la ofrenda de la Cruz para el mundo. Y en el centro de la Cruz de madera, el ostensorio central, de modo que esté presente la idea del Corazón de Cristo, del que brota la Eucaristía, el amor de los amores de donde nace la Iglesia y que adora la Iglesia reunida entorno a Él.
3. La base de la custodia es un desarrollo del logotipo de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid. El logotipo simboliza la corona de la Virgen de la Almudena, se parece a una “M” de Madrid y también sugiere la idea de personas que se cogen de la mano como signo de unidad. Pues bien, ésta última es la idea central de la base de la custodia: doce personas que se cogen de la mano entorno a la Eucaristía, fuente de unidad. Y doce porque es el número de los apóstoles, de la Iglesia fundada sobre la roca de los apóstoles, de la Iglesia apostólica en la que Cristo es el centro y hacia el cual todas las miradas convergen. Se trata de una corona completa, que también sugiere la maternidad de Nuestra Señora de la Almudena, de la Virgen María en definitiva, coronada en toda nuestra iconografía y también patrona de la JMJ de Madrid.
4. En el centro de la base y como modo de unión instrumental con el ostensorio hay una piedra cilíndrica, dentro de la cual se encastra la madera de la Cruz. La unión es de piedra porque el lema de estas JMJ es “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”, la piedra da idea de solidez, de firmeza, de edificación; Cristo es la “piedra angular” de todo el “edificio” de la Iglesia y en Él, “en la piedra”, “todo (la custodia, con la Eucaristía) queda ensamblado”.
5. Como he dicho hice varios bocetos de posible custodia, y me decanté por el modelo tradicional o de “sol”, donde la Eucaristía es el centro, como ya he explicado. Los principios de la funcionalidad en los materiales y la facilidad en la ejecución de la obra, hicieron que diseñara una aureola alrededor del ostensorio central, en el que a modo de piedras preciosas (ofrendas del pueblo cristiano que regala lo más valioso de la naturaleza a la Eucaristía), estuvieran también presentes elementos simbólicos de las JMJ. Por eso están, a la izquierda y a la derecha los escudos del Pontificado del Beato Juan Pablo II ‑promotor e impulsor de las JMJ‑ y del actual Pontífice Benedicto XVI. En la parte inferior está el escudo episcopal de Mons. D. Ramón del Hoyo López, obispo de Jaén, porque en la Iglesia local también está presente toda la Iglesia de Cristo. Rodeando la orla aparecen los logotipos de las Jornadas Mundiales de la Juventud de Santiago de Compostela de 1989, la primera que se celebró en España; la de Colonia, la primera que celebró Benedicto XVI, la de Sidney, donde el Papa anunció ésta de Madrid, y por supuesto el logotipo de esta JMJ de 2011 situado en la parte superior de la aureola.
El acero, en definitiva, es ‘fruto del trabajo del hombre’, y aquí se convierte e instrumento para realzar la grandeza y el valor esencial de la Eucaristía como centro de toda la vida de la Iglesia, como centro de la Jornada Mundial de la Juventud. A los ejecutores de este proyecto, a los que han hecho realidad este diseño y estas ideas, Caldererías La Magdalena de Mengíbar, se debe sobre todo el mérito de esta obra.
Pedro J. Martínez Robles, presbítero